3 mar 2012

XVI MARCHA A TOPAS

- Miércoles 14 -
20:00h. Charla "Otro Derecho Penal es posible".


- Jueves 15 -
20:00h. Charla "Subirse al tejado", con Manolo, activo militante de COPEL.


- Viernes 16 -
20:30h. Concentración "Contra las cárceles" en la Plaza del Liceo.


- Sábado 17 -
20:00h. Charla "Tortura y muertes en prisión" y Presentación de la campaña "Cárcel = Tortura" + Cenador Vegano.


- Domingo18 -
Marcha a Topas. A las 13:30 en la estación de buses y a las 14:00 en la Plaza del pueblo El Cubo de la Tierra del Vino.

Todas a las charlas en el CSA La Perrera (C/ Vitigudino Nº7, Salamanca).

Para más información: http://marchaatopas.blogspot.com/






22 feb 2012

AD PORTAS


  Desangrando números
más rojos que el hambre
sin quicio ni hospicio
ni templo que no salva,

  corremos a expensas
del “cave canem” que no ladra,
mas profundo y certero
será el mordisco que aguarda.

  Por más fratricida muro
del portavoz, que no calla
ni escucha, levantéis
impediréis el grito: ¡Avanza!

  Y solos, juntos solos todos,
y el libro que doblegó la espada,
veréis AD PORTAS no a Anibal,
soy yo, el enemigo que llama.


                                                                                                                   Raúl Muñoz de la Fuente  

LA PRIMAVERA VIENE ADELANTADA



Martes 21 de febrero, Plaza Mayor de Salamanca, son las 13,30 horas y el sol de invierno pega en los rostros de la gente que allí se congrega, unos pasean, otros pasan, otros se quedan y hacen corrillo, pancarta, megáfonos gastados, perroflautas de vestimenta o de corazón, “ya están aquí estos pesaos”, dice un abuelo cascarrabias que siente que le disputan su territorio, “los ponía a trabajar a todos” dice otro que le hace la gracia al primero.

Pero la gente sigue llegando por decenas, y ya superan el centenar, extienden la pancarta de papel de estraza, solidaridad con la gente de Valencia, parece decir esa pancarta rebelde que se dobla como queriendo ocultar su mensaje, parece que los abuelos la han amedrentado.

Estos días nuestros nuevos gobernantes por turno de alternancia, se están destapando la cara de guapeaos por fuera y ciegos de soberbia por dentro, y en Valencia han mandado a la policía apalear a cientos de muchachos que se manifestaban entre otras cosas porque no tenían calefacción en sus escuelas. Un jefe de policía haciendo méritos nos golpea los oídos a golpe de mano en la mesa y nos advierte por nuestra seguridad que los niños son enemigos, y la gente se levanta, y se sienta en las calles, y la policía viene, pertrechados con cascos, escudos y porras, si parece que van a la guerra, claro, como los muchachos son enemigos …

Mientras tanto en esta vieja ciudad los congregados cantan consignas, “si nos tocan a una nos tocan a todos”, “menos policía y más educación”, “gastos policiales para escuelas y hospitales”, y uno coge un megáfono y le habla a sus conciudadanos, y luego lo coge otro, y otro más se anima, y hablan de cosas importantes, de Valencia, de esta crisis que es una estafa y nos están haciendo pagar a los de siempre, mientras banqueros y políticos a sueldo nos roban en nuestra propia cara, y unos se enfadan, muchos se indignan, otros no sueltan el megáfono, parece que piensan en alto, “vente pensao de casa hombre, y nos lo cuentas resumido” … hoy la champions no importa, la televisión adocenante o el circo mediático no podrán con ellos, rascan la barriga de una libertad dormida, y la libertad se ríe con estas cosquillas de sonidos en la Plaza, el invierno va cediendo su rigor a las flores de primavera en los corazones de muchos que recuerdan cómo otra primavera y otro verano también floreció la libertad de la gente en las plazas.

 Javier Diez



19 feb 2012

DE LA INDIGNACIÓN A LA HUELGA GENERAL

Hace algunos meses las plazas del estado se llenaron de ciudadanos indignados con los políticos y banqueros que nos tratan como mercancías, les decíamos a PP y a PSOE que no nos representan, que la misma mierda son, o nos acordábamos del oficio de Alibabá de banqueros como Botín u otros.
Este fragor ciudadano llenó plazas y nos dimos buenos paseos por calles y ciudades, y aunque ahora llenamos menos plazas, y en la calle la policía tiene carta blanca para usar la fuerza incluso provocadora y desproporcionada, o porque ahora el frío del invierno hace mella, no es menos relevante el miedo que nos han metido en el cuerpo los nuevos ataques de la élite económica y financiera que cuentan con el trabajo sucio de los políticos a su servicio.
La reforma laboral se viene haciendo en los últimos 30 años, a ver si parecemos nuevos, y si bien solo nos acordamos de la última, o de la anterior de mayo de 2010 (la que por ejemplo permite despedir con una mera previsión de pérdidas), el caso es que siempre se pretende lo mismo, hacer del trabajo y de los trabajadores y trabajadoras una mera mercancía, un factor de producción tan flexible, prescindible o manejable como las materias primas, ya no es que seamos mercancía, es que quieren que seamos su ganado.
Esta es la finalidad de todas las reformas laborales, no es cierto que se quiera crear empleo, que incluso cínicamente se reconoce que la reforma no servirá para ello, sino que simplemente se trata de subsumir a los trabajadores y trabajadoras como piezas de su dominio de élite o clase. Nos quieren sumisos, nos quieren con miedo, nos quieren aterrados ante su poder de administrar nuestros alimentos, nuestras viviendas, nuestra sanidad, nuestra educación, nuestras vidas … y lo están consiguiendo.
Mientras tanto, los instrumentos de las trabajadoras, como los sindicatos, al menos los mayoritarios, están perdidos en tácticas de negociación abocadas al fracaso, pues de antemano hagan lo que hagan el gobierno impondrá por ley la voz de sus verdaderos amos.
 
Nos dicen las cúpulas de estos sindicatos que no pueden hacer nada, que si la gente no va a las huelgas ellos no pueden convocarlas. Esta es una justificación que prueba por sí sola la propia frustración y el fracaso del modelo sindical mayoritario de los últimos 30 años, subsumido por la lógica de institucionalización o integración en el estado como un poder domesticado, órganos de representación, falta de independencia económica, subvenciones, etc, y sobre todo, por haber perdido el norte de ser instrumentos de lucha de los trabajadores, que no es solo negociar convenios, con todo lo importante que esto sea, sino para fortalecer y hacer más grande la lucha obrera contra nuestros explotadores. Pero en estos años los sindicatos mayoritarios han servido para poco más que asentar a una casta de profesionales del sindicalismo en cómodos despachos mientras sus compañeros de clase terminan en el paro o en la miseria.
Se que nuestras palabras no gustan, no son palabras amables, son fáciles de entender, y sabemos que pueden hacer daño a buenas personas y buenos sindicalistas que trabajan con tesón y honradez al pie de sus centros de trabajo.
Pero no os enfadéis con nosotros, no somos vuestros enemigos, mirad arriba de vuestros sindicatos mayoritarios, haced que sean realmente democráticos, y traedlos al frente de la defensa de los trabajadores y trabajadoras, al frente de la batalla por la dignidad de las personas trabajadoras, que somos la inmensa mayoría de cualquier sociedad, casi todos nos ganamos la vida trabajando, e incluso lo hacemos con orgullo, y aquí incluyo a esa gran parte de trabajadores autónomos que no se hayan creído la estupidez con que les quiere engañar el gobierno diciendo que son empresarios, como si no trabajaran más duro o más horas que muchos trabajadores, como si no hubieran arriesgado sus ahorros, los de su familia, como si no se hubieran empeñado con bancos ladrones para ganarse la vida. ¿No es esto lo que hacemos los trabajadores y trabajadoras todos los días?.
¿Y qué hacer ahora?
Pues hablar claro, aunque duela, ¿o es mejor el silencio de quienes dan la espalda a los sindicatos, de quienes se han ido hastiados, de quienes callados se resignan a su debilidad o incluso su inevitable desaparición?.
Los sindicatos son más necesarios que nunca para luchar por nuestra dignidad, pero no para mantener a profesionales del sindicalismo que viven de nosotras y pelean por su poltrona.
Todos los sindicatos valen, mayoritarios y minoritarios, con tal que no se olviden de su razón primera y última (nosotras y nosotros, las trabajadoras y trabajadores), cada uno desde su concepción o particularidad, desde la diversidad y la unidad de acción.
Ahora toca convocar la huelga general, y mantenerla hasta que la reforma caiga, nos jugamos el futuro de nuestros hijos, a los que quieren condenar al paro, pero nuestros jóvenes nos dicen a la cara que no son la generación perdida, es la generación que desde la calle viene varios meses recordándonos la lucha por nuestra dignidad, ¿vamos a dejarles solos?.
¿Podemos mirarles a la cara y decirles que no estamos seguros, que tenemos dudas, que somos unos cobardes y que no vamos a usar nuestros sindicatos para luchar?.
¿Tan  ciegos estamos y no vemos que nos estamos jugando quizá la última carta contra quienes nos quieren como ganado?.
Es el tiempo de los valientes, con cabeza y organizados, con corazón, determinados y orgullosos, ya no es tiempo de cobardes y poltroneros, estos ya han durado demasiado.
                                                                                               (comunicado leido el día de hoy)













18 feb 2012

Nos perdemos la vida del mundo

Un hombre se sentó en una estación de metro en Washington DC y comenzó a tocar el violín, era una fría mañana de enero. Interpretó seis piezas de Bach durante unos 45 minutos. Durante ese tiempo, ya que era hora pico, se calcula que 1.100 personas pasaron por la estación, la mayoría de ellos en su camino al trabajo.

Tres minutos pasaron, y un hombre de mediana edad de dio cuenta de que había un músico tocando. Disminuyó el paso y se detuvo por unos segundos, y luego se apresuró a cumplir con su horario.

Un minuto más tarde, el violinista recibió su primer dólar de propina: una mujer arrojó el dinero en la caja y sin parar, y siguió caminando.

Unos minutos más tarde, alguien se apoyó contra la pared a escucharlo, pero el hombre miró su reloj y comenzó a caminar de nuevo. Es evidente que se le hizo tarde para el trabajo.

El que puso mayor atención fue un niño de 3 años. Su madre le apresuró, pero el chico se detuvo a mirar al violinista. Por último, la madre le empuja duro, y el niño siguió caminando, volviendo la cabeza todo el tiempo. Esta acción fue repetida por varios otros niños. Todos sus padres, sin excepción, los forzaron a seguir adelante.

En los 45 minutos que el músico tocó, sólo 6 personas se detuvieron y permanecieron por un tiempo. Alrededor del 20 le dieron dinero, pero siguió caminando a su ritmo normal. Se recaudó $ 32. Cuando terminó de tocar y el silencio se hizo cargo, nadie se dio cuenta. Nadie aplaudió, ni hubo ningún reconocimiento.

Nadie lo sabía, pero el violinista era Joshua Bell, uno de los músicos más talentosos del mundo. Él había interpretado sólo una de las piezas más complejas jamás escritas, en un violín por valor de 3,5 millones de dólares.

Dos días antes de su forma de tocar en el metro, Joshua Bell agotó en un teatro en Boston, donde los asientos tuvieron un promedio de $ 100.

Por: Josh Nonnenmocher

5 feb 2012

Hombre preso que mira a su hijo

Cuando era como vos me enseñaron los viejos
y también las maestras bondadosas y miopes
que libertad o muerte era una redundancia,
a quién se le ocurría en un país
donde los presidentes andaban sin capanga.
Que la Patria o la tumba era otro pleonasmo
ya que la Patria funcionaba bien;
en las canchas y en los pastoreos.


Realmente, Botija, no sabían un corno,
pobrecitos creían que "libertad"
era tan sólo una palabra aguda
que muerte, era tan sólo grave o llana,
que cárceles, por suerte una palabra esdrújula
olvidaban poner el acento en el hombre.


La culpa no era exactamente de ellos,
sino de otros más duros y siniestros
y estos sí, como nos ensartaron
en la limpia república verbal y cómo idealizaron
la vidurria de vaca y estancieros
y cómo nos vendieron un ejército
que tomaba su mate en los cuarteles.


Uno no siempre hace lo que quiere
uno no siempre puede, por eso estoy aquí,
mirándote y echándote de menos.
Por eso es que no puedo despeinarte el coco,
ni ayudarte con la tabla del nueve
y acribillarte a pelotazos.


Vos sabes bien que tuve que elegir
otros juegos y que los jugué en serio.
Y jugué, por ejemplo, a los ladrones
y los ladrones eran policías
y jugué, por ejemplo, a la escondida
si te descubrían te mataban
y jugué a la mancha y era de sangre.


Botija, aunque tengas pocos años,
creo que hay que decirte la verdad
para que no la olvides, por eso
no te oculto que me dieron picana
que casi me revientan los riñones.
Todas estas llagas, hinchazones y heridas
que tus ojos redondos miran hipnotizados
son durísimos golpes, son botas en la cara
demasiado dolor para que te lo oculte,
demasiado suplicio para que se me borre.


Pero también es bueno que conozcas
que tu viejo calló o puteó como un loco
que es una linda forma de callar
que tu viejo olvidó todos los números,
por eso no podría ayudarte en las tablas
y por lo tanto olvidé todos los teléfonos
y las calles y el color de los ojos,
y los cabellos y las cicatrices
y en qué esquina y en qué bar,
qué parada, qué casa.


Y acordarme de ti,
de tu carita me ayudaba a callar,
una cosa es morirse de dolor
y otra cosa morirse de vergüenza.
Por eso ahora, me podés preguntar
y sobre todo puedo yo responder.
Uno no siempre hace lo que quiere
pero tiene el derecho
de no hacer lo que no quiere.
Llora no más, Botija,
son macanas que los hombres no lloran,
aquí lloramos todos,
gritamos, chillamos, moqueamos, berreamos,
maldecimos, porque es mejor llorar que traicionar,
porque es mejor llorar que traicionarse,
llorar, pero no olvidés.
                                                                                                                          Mario Benedetti